miércoles, 21 de mayo de 2014

En el ajedrez cada jugada es importante; en una partida no existen jugadas que no lo sean, sin embargo hay un momento –el famoso momento crítico- donde una jugada puede cambiar el curso de una partida hasta el punto de decidirla, y entonces nos damos cuenta de toda la tensión que puede acumular un ajedrecista, aparecen los nervios que nos hacen ver fantasmas por todos lados, y perdemos capacidad de concentración y algunas veces hasta sentimos miedo… La pregunta entonces es: ¿Qué hacer para superar ese nerviosismo que conspira contra nosotros mismos? Cada persona es diferente y puede responder esta pregunta de manera distinta. Pero un buen consejo sería: relajarnos, levantarnos, ver la posición desde ambos lados del tablero, tomarnos un respiro y esto hará que veamos las cosas de muy diferente manera. Concentrarnos en tranquilizarnos y calmarnos, y una vez que más o menos lo logremos, volver a la partida y tratar de mostrar nuestro mejor juego y creer en nosotros mismos y en nuestra preparación. Para tener éxito, debes saber qué estás haciendo, debe gustarte lo que estás haciendo y creer en lo que estás haciendo. Will Rogers



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