No es que nos falte valor para emprender las cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles precisamente porque nos falta valor para emprenderlas…
A través de los años he podido comprobar lo difícil que es el deporte que me apasiona, el Ajedrez. Uno puede dar lo mejor de todo lo aprendido y practicado, concentrarse a fondo y dedicarse en alma y vida a él, y sin embargo, “no ser correspondido”, es decir no poder lograr lo que uno anhela y por lo que ha luchado fervorosamente… Pero eso no significa que el amor desaparezca ni mengue en lo más mínimo, al contrario, nuestra pasión, nuestro amor seguirá ahí, firme… quizá algún día…
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