El Ajedrez es una de mis mayores pasiones, pero como ajedrecistas bien sabemos que es un duro deporte y muchas veces no es un lecho de rosas, las cosas no salen como uno lo espera, a pesar de la mucha preparación y de haber dado lo mejor de uno mismo. Y nos sentimos mal, algunas veces muy mal, pero en esos momentos debemos recordar que: Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad...
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