El ajedrez es un campo fértil para la superación personal. Un buen maestro enseña no sólo todo lo que sabe a su alumno, sino que también le enseña a pensar. El alumno tiene la obligación de aprender todo de su maestro, pero nunca debe conformarse con eso, tiene que investigar, aprender de otros, hacer el máximo esfuerzo por sí mismo. Si todo se cumple, podemos decir que SÍ, el discípulo superará al maestro…
No podemos culpar a otros de nuestros fracasos, así como casi nunca reconocemos la ayuda de otros cuando triunfamos. Si pudieses patear a la persona responsable de la mayoría de tus problemas, no podrías sentarte en un mes. Roosevelt
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