Si nos diéramos cuenta de que solo somos pasajeros en este mundo, que todo lo que vamos acumulando egoístamente no irán con nosotros a nuestro destino final. Que ayudar a otras personas nos da una satisfacción y alegría indescriptibles, que la maldad y el odio, son cosas que envenenan nuestro propio corazón, quizás, esto pudiera cambiar nuestra mirada de la vida en sí misma.
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