sábado, 19 de julio de 2014

El ajedrecista tiende a ser perfeccionista, porque se apasiona por lo que hace y desea que su obra sea la mejor del mundo. Algunas veces se logra plasmar en una partida toda esa serie de ideas y se consigue realizar una belleza y esto aún sin ser profesional, otras veces no lo logramos, pero seguimos en la búsqueda, estudiando, practicando, creciendo intelectualmente para mejorar nuestra obra, porque el mismo Ajedrez nos lo exige y porque nuestro amor por él es tan grande que no escatimamos esfuerzos por realizarlo...
Es absurdo pedir a los dioses lo que cada uno es capaz de procurarse por sí mismo. Epicuro

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