Ajedrez, una loca pasion

Para tener en cuenta en especial los ajedrecistas... Nadie mejor que el ajedrecista para darle el valor extraordinario que realmente se merece la mente humana, tanto para bien como para mal, podemos lograr cosas increíbles si estamos convencidos de poder realizarlas, pero también podemos caer ante el primer obstáculo sin pena ni gloria... R. Díaz

La mayoría de los seres humanos, son como hojas que caen de los árboles, que vuelan y revolotean por el aire, vacilan y por último se precipitan en el suelo. Otros, por el contrario, casi son como estrellas: siguen su camino fijo, ningún viento los alcanza, pues llevan en su interior su ley y su meta. Sidharta